Palladio murió antes de verla terminada, y fué Vittorio Scamozzi quien la concluyera, siguendo casi todas las indicaciones del diseño original. Palladio pensaba cubrir la sala central con una cúpula semiesférica, pero Scamozzi proyectó una cúpula más baja, con un óculo (que debía ser a cielo abierto) inspirándose en el Panteón romano y aportó otras modificaciones menores al proyecto, como la altura de la escalinata, que permitía un acceso directo del exterior a los locales de servicio sobre el nivel del terreno. El interior fue decorado durante décadas con frisos y muebles lujosos, y las fachadas adornadas con estatuas y jarrones. Todo está rítmica y simétricamente distrubuido.